Se denomina zona
abisal o abisopelágica a uno de los niveles en los que está dividido el
océano según su profundidad, está por debajo de la zona batipelágica y por
encima de la hadopelágica y corresponde al espacio oceánico entre 3.000 y 6.000
metros de profundidad. Es una zona oscura donde la luz solar no llega. Esta
zona ocupa alrededor del 70% del área de los océanos. En biología marina, el
término de fauna abisopelágica hace referencia a la descripción de un tipo determinado
de ambiente o hábitat natural, con ciertas especies de animales marinos que
nadan libremente y que viven o se alimentan en aguas abiertas a dichas
profundidades y nunca se aproximan a la superficie.
Por otro lado en
biología marina existe también, el término de fauna abisal bentónica, que es la
fauna que se presenta ligada al fondo oceánico, ya que se presenta muy escasa y
característica. La palabra abisal procede de abismo, lugar profundo y oscuro. Esta
región se caracteriza por un ambiente frío, presión hidrostática extremadamente
elevada, escasez de nutrientes y ausencia total de luz. Una fosa abisal se
forma cuando la corteza oceánica subduce bajo la corteza continental con un
leve ángulo de inclinación lo que produce ruptura de la litosfera y la
formación de una fosa.
En el fondo del
océano no existe vegetación que realice la fotosíntesis, es decir no existen
algas verdes. Esta zona depende en gran parte del particulado de detritos que
cae desde la superficie, excepto en las zonas donde se presentan las fuentes
hidrotermales, que depende de la energía volcánica, en donde la producción
primaria, depende de la quimiosíntesis que es desarrollada por especies
bacterianas, presentes sobre el sustrato o en los organismos presentes (como en
el caso del trofosoma de los Siboglinidae).
Esta zona
morfológica de la geografía del fondo marino ocupa más del 70% del área total
de los océanos. La fauna abisal está formada por peces extraños con apariencia
monstruosa como Caulophryne, Argyropelecus, Idiacanthus, Melanocetus,
Saccopharynx, Chauliodus o Cryptosaras.
Entre la fauna de invertebrados encontramos la presencia del fenómeno del gigantismo abisal, ya que hay picnogónidos (arañas de mar) de más de 1,50 m, hay un hidrozoario, con su pólipo de más de 50 cm de altura, y también isópodos de más de 40 cm de tamaño, así como especies muy diferentes a las presentes en la superficie, como son grandes esponjas vítreas, así como lirios de mar pedunculados, sésiles de forma primitiva.